36. Love You Like I Love Song


Él había entrado a un taller de danza contemporánea, recuerdo que fui a ver cada una de sus presentaciones. La primera vez que lo vi, quedé sorprendido con su belleza al bailar. Es como si flotara, cómo ver una obra de arte tan perfecta. Lloré la primera vez que lo vi. En esos días le empezó a hablar a Armando una niña llamada Monyo. Al principio le tenía celos, sentía que a ella le gustaba él. Pero pronto se volvió en mi amiga. 

Esos días eran gloriosos, íbamos a la cineteca a ver películas extranjeras, después hablábamos de ellas. En la escuela comíamos juntos y después nos acostabamos en los pastos. El me abrazaba y nos dormíamos juntos. Sentía su corazón latir. Él me hacía sentir bien, me hacía sentir amado y tranquilo. Me di cuenta que lo amaba como no había amado a nadie. Antes mi vida era fiesta y descontrol, ahora lo que más anhelaba era estar con él callado en los pastos, recostado y abrazados. Pasamos tantas horas ahí. Él fue mi primer gran amor, con él ensaye más de mil besos, tratamos de buscar todas las maneras en las que uno podía besar. Aún mis labios recuerdan esos besos. 

Sus papás se habían ido de vacaciones a otro país. Armando y yo estuvimos solos 10 días. Estuve con el día y noche. Nos despertabamos y preparaba el desayuno, después paseabamos a los perros, recogíamos la casa, mirábamos una serie o una película, salíamos a la ciudad a caminar o a la cineteca nacional. Creo que nunca hice tanto el amor como esos días. Lo hacíamos unas tres veces al día. Fueron días hermosos, vivía en un sueño. Él mismo era un sueño hecho realidad. Estaba desbordado, ciego por el amor. Si me hubiese pedido ir al fin del mundo, lo hubiese hecho.

Se acercaba nuestro segundo mes, también esa noche fue un sueño. Contaba las veces que me quedaba con él y fueron 30 noches. Sin embargo, empezaba a sentir que los días calurosos terminaban. Cada vez se portaba un poco más distante. Él es un chico que le gusta su espacio y a veces estar solo. Desde que había llegado yo, le quite esa libertad. Una vez camino a la cineteca me dijo "dicen que las personas te enseñan algo, no sé si vas a ser un error en mi vida o me vas a dejar algo bueno".

En los últimos días fuimos de campamento a Villa del carbón, tomamos nuestras cosas y nos fuimos en el carro de su papá. Llegamos a un lugar llamado Río del oro. Nos instalamos y se oscureció, nos recostamos en la casa de campaña y miramos las estrellas. Casi me quedo dormido viéndolas. Ese era el punto donde más enamorado estaba de él. Amaba todo lo que él era. Su risa, el sol atravesando su cabello en las mañanas, el verlo dormir, sus chistes a veces sin sentido, su forma de bailar, su pasión por la vida e incluso su tristeza. Fue un viaje hermoso, era el chico más feliz del mundo.

Regresamos a la ciudad. Yo me quedé unos días con él. Una noche vino una visión a mí. Estaba él conmigo platicando, me daba sus razones, me iba a terminar pasando mi cumpleaños. No era la primera vez que tenía sueños así, sabía que iba a terminar muy pronto. El universo me lo había advertido, sin embargo, yo había hecho todo lo posible por evitar el destino. Fue mi fiesta de cumpleaños, la pasé muy bien con él y mis amigos. Ese día yo hice una publicación donde abiertamente decía que era bisexual. La compartí en todas las redes sociales. Me sentía un poco seguro que mis amigos me querían y que Armando me amaba. Podría decir que ese fue el último día glorioso. Los días que vendrían serían crueles, difíciles y oscuros

Comentarios

Entradas populares de este blog

42. Red

51. Confinamiento y la filosofía estoica

1. La Era Oscura